El primer día de ScrapWorld 2025 arrancó con una energía que solo puede compararse con la de un festival. Desde primera hora de la mañana, el Pabellón 12 de IFEMA se llenó de asistentes con ganas de vivir algo más que una feria de moda urbana. Lo que encontraron fue una experiencia multidimensional, donde cada marca no solo exponía productos, sino que construía un universo propio.
El acceso al recinto ya anticipaba lo que vendría: colas largas, pero animadas, donde se respiraba expectación y comunidad. Cada stand ofrecía una propuesta distinta, muchas veces alejada del formato comercial clásico. Aquí, la interacción, la creatividad y el entretenimiento fueron los verdaderos protagonistas.
Algunas marcas apostaron por lo sensorial: música en directo, DJs pinchando desde la mañana, espacios decorados como si fuesen clubes efímeros o incluso calles neoyorquinas. Otras optaron por lo inesperado: tatuajes gratuitos, actividades interactivas, sorteos o juegos con premios exclusivos. Lo cierto es que cada marca parecía competir no solo en diseño, sino en originalidad y capacidad de generar experiencia.
Uno de los momentos más comentados de la jornada fue el bingo organizado por Milfshakes, la firma vinculada a Nil Ojeda, que logró congregar a una multitud entre carcajadas frente al escenario principal. Mientras tanto, Cold Culture ofrecía tatuajes en directo al ritmo de un DJ, convirtiendo su espacio en uno de los más visitados (y con mayor cola) del evento. Otro punto álgido del día llegó con la esperada actuación de BB Trickz, quien hizo una entrada más que simbólica acompañada del himno nacional, una mezcla entre provocación y espectáculo que captó toda la atención del público. Tras su show, la artista se dirigió a su stand, donde firmó autógrafos. La programación musical también tuvo más momentos estelares. MVRK cerró la jornada con una sesión cargada de pogos y adrenalina, que dejó claro que la música en ScrapWorld no es solo acompañamiento, sino una parte esencial de la identidad del evento.
Más allá del entretenimiento, el verdadero valor de ScrapWorld reside en su capacidad de conectar marcas, creadores y público bajo un mismo lenguaje: el de la calle, la autenticidad y la creatividad sin filtros. Lo que en sus inicios fue un encuentro entre aficionados al streetwear, hoy es una plataforma cultural que combina moda, música, arte digital y comunidad en un mismo espacio. Y eso se notó en cada rincón del evento: desde los workshops de customización hasta las activaciones deportivas o los photocalls de inspiración urbana. Todo estaba diseñado para que el público no solo mirase, sino que formase parte activa de lo que estaba ocurriendo.
La feria ya ha llegado a su fin. Queda claro que el evento ha consolidado su posición como un referente en la escena. Con cada edición, ScrapWorld demuestra que no se trata solo de moda, sino de construir un espacio donde se cruzan estilos, ideas y generaciones. Este año ha sido prueba de que la experiencia no deja de crecer, tanto en calidad como en ambición. Y si esta edición ha dejado el listón alto, no cabe duda de que la próxima lo elevará aún más. ¡Hasta el año que viene!